Descripción enviada por el equipo del proyecto. Creemos en el desarrollo de una arquitectura inteligente: aquella que estimula, amplia e integra los valores y las condiciones tecnológicas y culturales del lugar donde se inserta. Huimos del estándar para transitar entre las lógicas de producción del artesano y la producción industrial. Consideramos muy importante integrar, incluso como valor cultural, el trabajo y los modos de producción local y artesanal ya que no siempre la industrialización o estandarización es necesariamente la más adecuada. Atendemos al lugar donde tengamos que actuar y conferimos a nuestra obra una lógica económica, tecnológica y cultural propia, trabajando en una arquitectura cuya complejidad se ofrezca con sencillez, sincera pero no exhibicionista.
Entendemos la sostenibilidad aplicada al diseño y materialización de la arquitectura como la gestión eficaz de recursos materiales e inmateriales. Apostamos por una “sostenibilidad fuerte” aquella que no repara solo en aspectos físicos y ambientales, sino en el entendimiento del ambiente como un sistema complejo entre variables, físicas, energéticas y socioeconómicas.
La ordenación del nuevo Campus Ciencias de la Salud de Granada resultante del concurso internacional determina la volumetría general de las facultades, y exige una forma para los edificios en ‘torre’ de 9 plantas y ‘barra’ de 130m de largo y 19m de ancho. Nuestro proyecto propone convertir este ‘determinismo’ en una variable más y ‘tensar’ estos parámetros para proporcionar al volumen capaz de tanto espacio público y espacios de relación como sea posible. Conseguir lugares de encuentro, de intercambio, de distensión y paseo dentro de la propia facultad formaba parte de los objetivos planteados en la propuesta.
Resultado de la ordenación del plan especial, la nueva Facultad se sitúa en el borde más urbano del Campus, hacia el barrio del Zaidín, por lo que presenta un acceso en cada extremo para canalizar flujos provenientes desde otras áreas universitarias desde interior del campus y también del entorno urbano próximo, ambas a distinto nivel topográfico, salvando unos 4 metros de diferencia.
Si bien se trata de un edificio compacto, las fachadas se pliegan y generan ligeros quiebros que pautan la esbeltez predominante del edificio, a la vez que generan líneas de sombra que desvelan su sencilla organización. Se propone de esta manera tallar el volumen capaz determinado urbanísticamente para incorporarlo a la escala de una mirada más cercana.
La relación con los espacios libres se genera ya desde el concurso a través de un gradiente de lugares cualificados por su vegetación, materialidades e índice de asoleamiento, de forma que se incorporen al sistema de espacios libres del campus. Es también el caso de la cubierta-terraza, que ajardinada con plantas aromáticas y medicinales, se incorpora como espacio de ocio, entretenimiento y docencia, un lugar para el disfrute de las ‘ciencias de la salud’.
La ejecución material atiende a los principios básicos de sostenibilidad (ambiental, energética, económica y social) que actuando desde el movimiento de tierras y gestión de residuos, hasta el estudio de las envolventes aseguran un óptimo comportamiento energético del edificio, reflejado en la obteniendo de una calificación energética “A”. Asimismo en MEDIOMUNDO arquitectos realizamos el seguimiento y optimización de los recursos materiales, sistemas y agentes.